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Nuestra clase

  • ¿Por qué una educación musical?
    La educación musical tiene su origen hace unos 2500 años, en la antigua Grecia. Por aquellos tiempos era considerada una disciplina esencial para la formación de “buenos ciudadanos”, integrada dentro del sistema educativo y parte de la “teoría del Ethos” o “teoría del ser”, la cual reconocía la influencia de la música en la construcción de los sentimientos, las conductas y la personalidad humana. A pesar de ello, no fue hasta mediados del siglo XX cuando la música entró a formar parte del currículo de los diferentes sistemas de enseñanza obligatoria, gracias al impulso de músicos como Jaques Dalcroze, Edgar Willems, Zoltan Kodaly o Carl Orff, que desarrollaron las que hoy conocemos como corrientes pedagógico-musicales. Estas corrientes se encargaron de darle un enfoque diferente a la enseñanza musical que había imperado los siglos anteriores, en los que primaba la formación de instrumentistas profesionales en conservatorios, posibilitando así el aprendizaje y disfrute de la música por parte de toda la sociedad. Para estas corrientes, como para los pedagogos de la Grecia clásica, la música es una herramienta para la formación integral de las personas. El objetivo por tanto, es el de dotar a todos los alumnos y alumnas de experiencias en las que aprendan a expresarse mediante las principales disciplinas musicales (el canto, la práctica instrumental, el movimiento y la danza). Un aprendizaje activo que sirva para vivenciar la música y el hecho musical, antes de comprenderla desde una perspectiva teórica. ¿QUÉ SIGNIFICA EXACTAMENTE EL CONCEPTO”FORMACIÓN INTEGRAL”? En primer lugar, cuando hablamos de formación, nos referimos a un concepto que es producto de una interacción entre la maduración y el aprendizaje, progresando por un lado hacia la individualización y por otro hacia la socialización. Por lo tanto, cuando hablamos de formación integral, nos referimos al desarrollo que afecta de forma integral a los tres ámbitos o dimensiones de la personalidad: psicomotor, socioafectivo y cognitivo. ¿CÓMO AFECTA LA MÚSICA AL DESARROLLO INTEGRAL DEL NIÑO? Ámbito psicomotor: todo lo que tiene que ver con el movimiento y los sentidos. Se potencia la percepción mediante la audición, permitiendo que el niño reconozca y explore mejor su entorno. Desarrolla el esquema corporal y la coordinación general gracias al movimiento asociado al sonido, la danza y la percusión corporal. Mejora la coordinación de la musculatura fina y la praxia afirmando la lateralidad, gracias a la práctica instrumental. También se trabaja la respiración y la emisión, así como elementos técnico posturales mediante la práctica vocal e instrumental. Ámbito socioafectivo: todo lo que tiene que ver con aspectos afectivos, emocionales y sociales. La música favorece tanto el sentimiento de emociones como la expresión de las mismas, a través de cualquier disciplina musical (canto, práctica instrumental, danza, etc). Además favorece el desarrollo de la sensibilidad y enriquece el criterio personal de gusto. Por último, podemos afirmar que mediante aquellas actividades que realizamos en grupo (práctica vocal, instrumental, danzas, juegos, etc) estamos favoreciendo la socialización, la comprensión y el cumplimiento de normas, así como el respeto por las creaciones propias y ajenas, elementos que a su vez, repercuten en el desarrollo de la autoestima. Ámbito cognitivo: todo lo que tiene que ver con procesos de abstracción que favorecen habilidades mentales como la concentración, la memorización, el análisis, la síntesis, etc. Así por ejemplo, cuando trabajamos aspectos que tienen que ver con la expresión musical, ya sea a través del canto, la danza, la práctica instrumental, o el uso de lenguaje musical, estamos utilizando un código universal que forma parte de un lenguaje, despertando así diferentes mecanismos mentales que deben descifrar, codificar y traducir en una acción aquello que se percibe dentro del aula. Pongamos como ejemplo práctico la flauta dulce. El alumno descifra las notas en la partitura, codifica la posición digitada en la flauta y emite el sonido haciendo hincapié en indicaciones dinámicas (más fuerte o débil), métricas (la duración de la nota), etc.
  • Metodología
    La metodología de las diferentes corrientes pedagógico-musicales, tiene unos determinados rasgos comunes que marcan la línea a seguir, entre los cuales podríamos destacar cuatro. En primer lugar, se trata de una metodología activa, determinada por la realización de actividades prácticas (canciones, práctica instrumental, danzas, movimientos espontáneos, juegos…) cuyo objetivo primordial es sentir y vivenciar la música antes de teorizar sobre la misma. En segundo lugar, está el componente de ludicidad, es decir, utilizamos el juego como herramienta fundamental y punto de partida de la actividad musical (fundamentalmente en las primeras etapas), utilizando además los elementos rítmicos y melódicos que forman parte intrínseca de la actividad lúdica. En tercer lugar, está la importancia que damos a la imaginación y la creatividad. A diferencia del método tradicional propio de los conservatorios en el que se estimula el desarrollo de la técnica y la teoría musical mediante la repetición, las corrientes pedagógico-musicales (sin renunciar a este tipo de aprendizaje) estimulan más el desarrollo de la creatividad y la imaginación, a través de improvisaciones o expresiones de carácter más libre debidamente dirigidas por el maestro. Por último, el trabajo interdisciplinar a través de las diferentes formas de expresión musical. Las corrientes pedagógico-musicales tratan de aunar las diferentes formas de expresión musical (canto, práctica de diferentes instrumentos y expresión corporal y danza) para una formación integral más completa desde el punto de vista artístico.
  • ¿Qué hacemos en clase de música?
    Las actividades propuestas en la asignatura de música giran en torno a varios ejes o bloques: la fundamentación teórica y la audición, que formarían parte de la percepción musical; y la práctica vocal, la práctica instrumental, y el movimiento y la danza, que formarían parte de la expresión musical. Durante el curso, presentaremos las actividades en unidades didácticas de entre 5 y 8 sesiones, en las que incorporaremos el mayor número de ejes o bloques posibles, dotando a las unidades de una mayor variedad y siguiendo el criterio metodológico de trabajo interdisciplinar expuesto anteriormente. FUNDAMENTACIÓN TEÓRICA Este bloque adquiere una mayor importancia a partir del tercer curso de educación primaria. La música, como cualquier manifestación artística, es la expresión de un pensamiento o sentimiento, que nace en una determinada cultura, en un determinado momento de la historia. La música por tanto, es una expresión cultural, que además de su valor intrínseco, nos sirve como punto de partida de las diferentes unidades didácticas y como nexo entre ellas. Algunos de los temas que trataremos serán: los cuentos musicales, los instrumentos de la orquesta, la música tradicional de diferentes lugares del mundo, la historia de la música clásica y la historia de la música moderna. AUDICIÓN El aprendizaje de la música parte siempre de la audición, pues es ésta la que nos conduce hacia la expresión musical (canto, movimiento o práctica instrumental). Por ello el primer paso debe ser aprender a escuchar, cuyo proceso debe cultivarse a lo largo de todo el periodo escolar. Existen dos tipos de audiciones: la audición pasiva, es aquella en la que utilizamos la música a modo de contexto sonoro, sin realizar ningún tipo de análisis sobre sus elementos, como puede ocurrir en una relajación. Por otro lado, está la audición activa, en la cual realizamos algún tipo de acción tanto física como mental, que implique tener en cuenta los elementos musicales de los que consta la pieza; ya sea a través del uso de musicogramas, que nos muestran las partes de una obra o los instrumentos que intervienen, el acompañamiento instrumental de un tema, el movimiento según el carácter de la obra, la narración o nombramiento de una pieza, etc. PRÁCTICA VOCAL La voz es el instrumento inherente al ser humano, la manifestación musical primaria, por lo que resulta un recurso fundamental en la educación musical. Por medio del canto, se despiertan y desarrollan en el niño cualidades musicales como el sentido del ritmo, la melodía o la armonía, hasta llegar a adquirir el sentido tonal. Además, el canto refuerza la memoria, la atención y la concentración; contribuye a mejorar la respiración, la articulación y la emisión del sonido; favoreciendo la expresión artística y ayudando a exteriorizar emociones y sentimientos. Por último, es importante señalar también que el canto sirve como punto de partida para la incorporación de otras actividades, como el movimiento o el acompañamiento instrumental. PRÁCTICA INSTRUMENTAL El uso de instrumentos en el aula nos permite desarrollar los diferentes elementos musicales: ritmo, melodía y armonía, al igual que ocurre con el canto. Igualmente, mediante la práctica instrumental somos capaces de trabajar diferentes ejes que componen nuestra materia, como la audición, mediante el acompañamiento de piezas musicales; el canto, el lenguaje musical, e incluso el movimiento y la danza. Durante el periodo de educación infantil y el primer ciclo de educación primaria (1º y 2º), trabajaremos fundamentalmente mediante la percusión corporal y los instrumentos de pequeña percusión (maracas, caja china, triángulo, etc), lo que nos permitirá trabajar fundamentalmente el ámbito del ritmo. Así mismo en 1º de primaria comenzaremos a usar instrumentos melódicos como el xilófono y el metalófono, donde realizaremos pequeñas melodías con 2 o 3 notas. A partir de 3º de primaria comienza el trabajo con la flauta dulce, otro instrumento melódico que requiere de un mayor desarrollo de la musculatura fina de los dedos. A partir de 4º de primaria comenzaremos a usar los instrumentos de láminas para realizar ejercicios que inicien a nuestros alumnos en la práctica de conceptos armónicos, tocando varias notas a la vez. Otro aspecto muy importante que nos permiten desarrollar los instrumentos del aula a partir de esta etapa es la práctica de la improvisación y la creación de frases melódicas sencillas, favoreciendo la creatividad y la imaginación. Finalmente, durante el último ciclo de educación primaria (5º y 6º), profundizaremos en los aspectos expuestos anteriormente y aumentaremos progresivamente la dificultad de los mismos. EL MOVIMIENTO Y LA DANZA La vinculación del movimiento con una pieza musical es un proceso que aporta al alumno diferentes beneficios, desde los puramente motrices (conocimiento y dominio del cuerpo, mejora de la lateralidad y la coordinación, desarrollo de la organización espacio-temporal…) hasta los de carácter más artístico, de entre los que destaca la utilización del movimiento como medio de expresión, desarrollando la creatividad y la espontaneidad. Durante el periodo de educación infantil realizaremos movimientos a través de juegos en los que integraremos otras acciones, fundamentalmente el canto. Tanto en esta etapa con durante el primer ciclo de educación primaria (1º y 2º) tomará una gran importancia la dramatización, en la cual los alumnos interpretan un personaje y actúan atendiendo a los diferentes elementos musicales que surgen durante la audición (cambios dinámicos, rítmicos, melódicos…). A partir de 3º de primaria comenzamos a introducir danzas, provenientes tanto de la música clásica como danzas tradicionales del mundo (en el caso de 4º de primaria). En 4º de primaria, introducimos actividades donde los movimientos espontáneos e improvisados van teniendo un mayor peso, partiendo de la imitación y el trabajo en parejas. Por último, en 5º y 6º de primaria profundizamos en los ejercicios de movimiento espontáneo dejando atrás la imitación y dotando de mayor libertad e imaginación a los movimientos de cada alumno. Paralelamente, llevaremos a cabo danzas y coreografías más complejas e interesantes desde el punto de vista rítmico y motriz. Finalmente, cabe destacar el uso del cuerpo, a medio camino entre el movimiento y la práctica instrumental, lo que conocemos como percusión corporal. La percusión corporal nos permite comprender de primera mano elementos musicales como el pulso, el ritmo o el timbre sonoro, así como aspectos motrices como los descritos anteriormente, utilizando las diferentes partes del cuerpo como un gran instrumento de percusión. Tendrá una gran importancia durante todas las etapas, aumentando en complejidad paralelamente al desarrollo de aspectos motrices como el equilibrio, la coordinación, la lateralidad, etc. EL LENGUAJE MUSICAL La música es un lenguaje, en cuanto que permite comunicar sentimientos y sensaciones, por lo que conocer su código resulta interesante y necesario. Aun así, la familiaridad con el lenguaje musical debe surgir de la práctica y no por separado a través de repeticiones mecánicas, caso de la enseñanza del solfeo en el conservatorio (para lo cual además, necesitaríamos al menos el doble de tiempo semanal del que disponemos actualmente). Para ello, comenzaremos en la etapa de educación infantil mediante grafía no convencional, esto es, elementos gráficos que no son notas ni figuras pero que representan elementos musicales; como pueden ser rayas y puntos que indican sonidos largos y cortos, o puntos grandes y pequeños que representan sonidos fuertes y débiles. Ya en primaria, comenzaremos a trabajar la grafía convencional de forma gradual. En 1º de primaria, conoceremos el pentagrama, aprenderemos a escribir la clave de sol, a reconocer y escribir las notas Mi, Fa, Sol y La; así como las figuras: negra, silencio de negra y dos corcheas. En 2º de primaria, añadimos las figuras: blanca y silencio de blanca, así como todas las notas en el pentagrama, de Do a Do´. En 3º de primaria, comenzamos a trabajar la flauta directamente en partitura, lo que nos dará un contexto práctico para familiarizarnos con el lenguaje musical. En este curso, añadiremos una nueva figura: las cuatro semicorcheas y aumentaremos la frecuencia de los dictados rítmicos. En 4º de primaria, conoceremos otras escalas, como la pentatónica (de 5 notas) con la que realizaremos pequeñas improvisaciones y fraseos sencillos. Paralelamente, incorporaremos las figuras: corchea y silencio de corchea, así como el resto de notas del pentagrama (Re´, Mi´ y Fa´). En 5º de primaria, conoceremos aspectos relacionados con la armonía, como la diferencia entre escala, acorde y arpegio, que aprenderemos cantando y tocando instrumentos. Finalmente, en 6º de primaria seguiremos avanzando con conceptos más complejos, como los diferentes grados de la tonalidad y los acordes: mayor y menor. Paralelamente, durante toda la etapa de primaria seguiremos utilizando representaciones gestuales como el de la fononimia, para marcar alturas relativas en el canto, así como otras técnicas de grafía no convencional, como los musicogramas, fundamentalmente para analizar audiciones.
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